Manizales: Paco Perlaza se lleva el premio de Toros y Ciudad.
El caleño se llevó el premio mayor que ofrece Toros y Ciudad, un cupo en la Feria de enero logrado tras indultar un toro de la corrida de Ernesto Gutiérrez. Camilo Hurtado fue el único de los doce novilleros anunciados que alcanzó una oreja. Un flojo balance estadístico para tres festejos que contaron con gran afluencia de público.
Fotos y texto Diego Caballero.
Imágenes en http://bit.ly/2JXgbwq
Paco Perlaza a la feria
Toros y Ciudad, antes Temporada novilleril, llegó a su versión número 20. Tres días antes de iniciarse esa primera versión en 1999, Paco Perlaza tomaba la alternativa en Calanda, una población de España donde el caleño se hizo matador de toros. Certamen y torero tenían un motivo para celebrar y lo hicieron. Paco logró salir a hombros, tras indultar a Rapuncel, de Ernesto Gutiérrez, en una plaza que para él ha representado distintas emociones; salidas a hombros, tardes duras y hasta una despedida (2014) que tuvo un pronto regreso.
En tarde de celebraciones, para él y para el certamen, Paco supo medir la temperatura de la plaza y de la tarde. Su capote, vistoso y variado, pusieron roncas las voces de los aficionados desde el minuto cero. Un buen inicio con su muleta, nos dejó dos tandas con la mano derecha donde el torero espatarrado logró muletazos largos y templados. Una (sola) tanda por el pitón izquierdo puso todo aún más arriba, pues el toro por ese pitón trasmitió mucho. Arriba, los tendidos llenos ya eran una locura. Luego Paco, quizás contagiado de la algarabía de los tendidos, buscó el indulto del toro por la vía de los pases en redondo que se prolongaron hasta conseguirlo. Rampucel, de Ernesto Gutiérrez, como toda la corrida, volvió vivo a los corrales tras colaborar con la celebración de Paco y tras apenas haber cumpliendo en el caballo.
Perlaza cerró su faena simulando la suerte suprema con un clavel, dedicó su triunfo al cielo mientras esperaba las dos orejas, salió a hombros, se ganó el cupo en la feria grande y en ella buscará el máximo premio a una faena, el pasodoble Feria de Manizales que esta vez no sonó.
Cuando Pepe Manrique vio en las tablillas el nombre del toro que segundos después enfrentaría, dejó escapar una sonrisa que sin disimulo se coló en medio de la tensión que supone la espera de un toro. Carcajada era el toro anunciado y ese nombre para Manrique suponía su mejor recuerdo en esta plaza. Hace siete años, precisamente en la primera corrida de toros que celebraba Toros y Ciudad, carcajada, de Ernesto Gutiérrez, se ganaba la vida y Manrique la salida a hombros en una tarde de mucha lluvia y en la que alternó con Castella y Bolívar.
Pero la historia de este nuevo Carcajada fue distinta, o mejor, muy corta. Tras embestir con celo al capote de Manrique y permitir al torero de Bogotá un brillante inicio de su tarde, el toro perdió el casco de su mano derecha poniendo fin a la posibilidad de repetir una historia.
Carcajada dio paso a Luchador, un toro al que le costó repetir sus embestidas. Ante él y tras brindar a su hermana que ya lo mira desde el cielo, Manrique se mostró solvente, lo intentó siempre e incluso logró buenos muletazos por ambos pitones, pero sin la continuidad que el toro no proporcionó. Manrique, ante la adversidad, demostró que se puede estar por encima de ella.
El nombre de Curro Martín se dio a conocer hace tres temporadas en este certamen. Curro se mostró en aquella tarde de su debut como un torero de formas muy personales que gustaron y que lo han llevado a verse anunciado dos veces más de forma consecutiva en esta prefería. Pero la tercera no fue la vencida, el toro más grande (alto) de la corrida se coló en su tarde y no se lo puso fácil. Banderito de 524 kilos, salió avanto de su capote sin permitir brillo y luego arrollaría a Hernando Franco al salir de un par de banderillas creando un pánico exagerado. Banderito no quiso seguir la muleta y terminó en tablas. Su lidia, en las manos de Curro, se vio imposible. Para matarlo se puso más imposible aun, y Curro escuchó ese desolador sonido de los tres avisos con el toro ya doblado, sin espada, pero agotado de ir para un lado y para otro.
Así, la gente en los tendidos pasaba del triunfalismo con Paco, al inconformismo con Curro. Con este ambiente se encontró César Manotas que pronto regresó los olés a los tendidos al poder destacar con su capote. Inició su labor con la muleta de rodillas y se presagió que el cupo de la feria podía tener disputa. Pero tras una inicial tanda con la mano derecha y en el centro del ruedo, ese presagio se fue diluyendo pues las embestidas nobles del toro cada vez se hicieron más cortas. La voluntad del torero de Cartagena logró que la hoguera en los tendidos no se apagara totalmente, pero su espada no encontró sitio en el primer intento y eso que el torero entró derecho y decidido. Al segundo intento el toro se lo llevó en sus cuernos y al soltarlo se encontró con la humanidad del subalterno Andrés Herrera que llegaba al quite, propinándole una verdadera paliza. Herrera se paró magullado y sin el cuello de su camisa, mientras a Manotas se lo llevaban a la enfermaría de donde regresó para liquidar su tarde con una efectiva estocada. César, saludaría una ovación camino a la enfermaría.
Camilo Pinilla fue la cuota de la tierra en el cartel. Le correspondió un toro que tuvo buenas embestidas y al que le faltó una mayor transmisión. Pinilla lo toreo bien con su capote y con la muleta dejó una primera e ilusionante serie con la mano derecha, pero luego, toro y torero, no lograron mantener el calor en los tendidos.
El último capítulo de la tarde fue para Rocio Morelli. Desde el paseíllo, las miradas y los aplausos se centraron en esta torera que hace un año logró encandilar los tendidos de la plaza de Manizales. Esta vez, su toro venido a menos y su espada, no le permitieron alcanzar el triunfo. La ovación con la que el público la despidió, deja entrever que ya la esperan.
Seis novilleros y una oreja
Darle una oportunidad a los novilleros en una plaza de primera categoría, fue el objetivo de este certamen que llegó a dos décadas y que nació en medio de la celebración de los 150 años de la ciudad. Hace 20 años Carlos Gómez, Noel Pardo y José Luis Robayo enfrentaban una novillada de Armerías dando inicio a un ilusionante proyecto. Hoy, las circunstancias para los novilleros han cambiado visiblemente y podríamos asegurar que para varios de los novilleros que lograron verse anunciados, esta fue su única tarde en el año.
Esa, es la principal causa de un pobre balance estadístico. Una oreja de 24 posibles, suena a catastrófico, pero exigirle a los novilleros condiciones técnicas con lo antes expuesto puede resultar desmedido. Si se trata de ganas, algunos pasaron el examen y a otros, tendrán que decirles, que a veces en esto del toreo, es suficiente una prueba para examinar al alumno.
El único trofeo en el apartado de los novilleros, lo logró Camilo Hurtado en la novillada con picadores. Lo hizo tras lograr muletazos estimables al único novillo de Salento que dio verdaderas posibilidades. Los demás novillos se caracterizaron por sus malos finales. Manolo Castañeda, Brian Salas, Antonio Hernández, Mateo Gómez y Santiago Viloria pusieron ilusión a su tarde pero poco lograron. Ni la oreja cortada por Hurtado, ni el oficio mostrado por Manolo Castañeda, logró convencer al jurado que determinó como desierto el cupo en la novillada de la feria que estaba en juego.
En la novillada sin caballos se lidiaron ejemplares de El Manzanal, que no fueron fáciles para las noveles condiciones de los actuantes. Destacaron dos ejemplares, sobre todo el corrido en cuarto lugar, de encaste santa Coloma y que le correspondió a Michael Ramírez que logró momentos buenos con su mano izquierda, pero no coronados con la espada. Cristian Castañeda sorteó el otro novillo con posibilidades, aunque este duró menos. El novillero bogotano anduvo siempre dispuesto y queriendo poner estética a los muletazos, pero sin tino con la espada. José Gallo, muy dispuesto, Miguel Román, Samy Velásquez y Arturo Sierra que sustituía al anunciado Curro Pimentel (¿?) completaron el primer sexteto de este ciclo que ojalá, llegue a otra década y que en esta versión sumó un festival para aficionados prácticos con el que se cerró el fin de semana.
Ficha de la novillada con picadores
Manizales / Novillos de Salento. Manolo Castañeda: Vuelta. Camilo Hurtado: Oreja. Bryan Salas: Vuelta. Antonio Hernández: Stres avisos. Mateo Gómez: tres avisos. Santiago Viloria: tres avisos. Casi lleno.
Ficha de la corrida de toros
Manizales / Toros de la ganadería Ernesto Gutiérrez. Pepe Manrique: Silencio tras aviso. Paco Perlaza: Dos Orejas simbólica tras indulto. Curro Martín: tres avisos. Cesar Manotas: Palmas. Camilo Pinilla: Palmas tras avisos. Rocío Morelli: Silencio tras dos avisos. Lleno de no hay boletas. Incidencias: Wilson Chaparro «El Piña» fue ovacionado por oportuno y quite a su compañero Andrés Herrera.