Castella y Luis David indultan a «Colibrí» y «Alunado» en el festival de Cali

El indulto de «Colibrí», número 61 de la ganadería Ernesto González Caicedo en las manos de Sebastián Castella; y el de «Alunado», herrado como 85, a su vez a cargo del mexicano Luis David Adame, entraron en la historia de Cañaveralejo en un noche de 28 de diciembre que tuvo todo menos de inocente.

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Castella marcó desde muy temprano del que sería un inolvidable festival. El diestro francés y el ejemplar del hierro vallecaucano se complementaron de manera casi perfecta para dar a luz una faena que nunca dejó de crecer hasta conseguir que asomara el pañuelo del perdón en el palco.

Y con la decisión de volver a triunfar, Enrique Ponce se hizo pronto al ejemplar de inicio. El trasteo, más técnico que artístico, dejó buen sabor entre los aficionados. Por ello, la petición de oreja, finalmente concedida.

Luis Bolívar enseñó su faceta cada vez más cotidiana de la madurez torera. Fue así como se plantó a resolver las inquietudes del tercero. Al final el torero local se impuso y cobró un apéndice.

Paco Ureña también se llevó un trofeo ante el toro más complejo de los lidiados a esa altura del festejo. Resultó cogido, sin consecuencias, para dar lugar, luego del percance, al toreo fino, de ese que guarda lugar en la memoria.

Emilio de Justo debió postergar sus ilusiones por el dramático cambio del quinto, que pasó de la calidad al embestir con el capote a las muy malas ideas en la muleta. Saludo.

Y cuando ya parecía que no había dónde meter más emociones en la alforja vinieron Luis David Adame y «Alunado», número 85 del hierro santacolomeño, para traer consigo la bravura y el aquí estoy para poner el pecho, y con él la muleta, hasta alcanzar el segundo indulto de una noche inolvidable. 

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