Alzate y Hernández hacen respetar la casa

Siete novillos de Rocha Hermanos se lidiaron en el primer festejo de Toros para Todos 2017. Dos orejas se cortaron, una la paseó Juan Camilo Alzate y la otra Juan Sebastián Hernández. 

Cuando la escuela taurina de Cali era la mayor cantera de toreros del país, en Cañaveralejo podían darse novilladas hasta en seis fines de semana consecutivos. Ahora cuando apenas hay novilleros para una tarde, la escuela se resiste a morir. Algunos de sus más reconocidos egresados se han vuelto maestros. Y aún quedan algunos que sueñan ganarse el pan vestidos de luces. 

Juan Camilo Alzate nació en Bogotá y Juan Sebastián Hernández en Sogamoso, pero los dos sueñan con hacerse toreros en la escuela taurina de Cali. Por eso, los dos jugaban de locales en la novillada de la temporada Toros para Todos 2017, y en esa condición hicieron respetar la casa, fueron los triunfadores de la noche al cortar una oreja a cada uno de sus novillos de Rocha Hermanos, casualmente los mejores del encierro. Los únicos que dieron la vuelta al ruedo de Cañaveralejo en su primer día.

Alzate abrió el marcador apenas en el primero de la noche, que llevaba por nombre Navideño (380 Kg.) y que no se cansó de perseguir la muleta con la que el torero lo desafiaba. Comenzó su faena con un pase cambiado por la espalda que encendió los ánimos de la noche. Aunque el novillo a veces prefería buscar las zapatillas del novillero, Alzate supo engañarlo con la tela roja. Su esfuerzo cautivó al público y tuvo como premio la oreja luego de una eficaz estocada.

Hernández se sumó al carro del triunfo en el tercero. Marginado (392 Kg.) fue sin duda el mejor de la noche. El que tuvo más alegría para embestir y el que parte del público tomó partido a su favor. El de Sogamoso lo saludó con una larga cambiada de rodillas, su mejor trance con el capote. Con la muleta se fue al centro del ruedo, se tiró de rodillas y así vio pasar al animal que embestía con la fuerza propia de un tren. Ya de pie Hernández se sintió torero en series por ambos pitones, tanto con la mano derecha y con la izquierda interpretó suertes estimables. Sufrió un desarme pero la circunstancia no pareció amilanarlo. Se repuso y se lo pasó muy cerca asustando a los espectadores que lo recompensaron con la oreja.

Sebastián Cáqueza, de Choachí, y quien actuó en sustitución de Santiago Fresneda (hijo de Gitanillo de América), apostó por la variedad con el capote. Lo saludó de rodillas en el terció y de esa misma forma, pero en la mitad del ruedo, lo despidió. Hizo un  quite con el capote a la espalda, y con la muleta dejó detalles de buen toreo, sobretodo cuando toreó al natural, pero la faena no alcanzó a sumar los suficientes méritos y la espada tampoco tuvo eficacia.  

El ecuatoriano José Antonio Marcillo era la cuota foránea del sexteto y no tuvo suerte en su debut en Colombia. El tercero de la noche se empecinó en no embestir y el novillero nunca se pudo lucir. Como pasó inadvertido regaló un séptimo novillo, pero tampoco consiguió acercarse al triunfo.  

Juan Sebastián Manjarrez, el caleño del cartel, y Santiago Viloria, de Medellín, pasaron inéditos. Tuvieron que enfrentarse a dos novillos que plantearon dificultades y con los que ambos apenas pudieron dejar destellos de sus ganas de ser toreros.

Ficha
Cali, plaza de toros de Cañaveralejo
Viernes 10 de noviembre
Novillada
7 novillos de Rocha Hermanos (1,2 y 3 aplaudidos en el arrastre)

Juan Camilo Alzate: una oreja
Sebastián Cáqueza: silencio
Juan Sebastián Hernández: una oreja
José Antonio Marcillo: silencio tras aviso y silencio
Juan Manjarrez: palmas
Santiago Viloria: silencio 

 

Foto y Video en  http://bit.ly/2f2kOGl

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