Buena impresión de Paco Ramos que corta una oreja en Castellón

Se lidiaron toros de de Adolfo Martín por parte de tres toreros de la tierra ante casi tres cuartos de aforo cubiertos. La primera noticia positiva de la feria. Sentida y calurosa la ovación a la terna del paisanaje.

Nota de El Mundo, tomada de internet

Paco Ramos, de Onda, cuna del azulejo, es un torero curtido en Perú y en los sinsabores del ostracismo. No desistir es ya un mérito tremendo de estos hombres con ilusiones de hierro. Cárdeno claro, bizco, bien armado, aleonado y con un puñal por pitón derecho. Así fue el primero. Sin emplearse nunca. Ramos lo recibió con decisión y torería con la capa. Torera la media, lánguida hasta la cadera. Siempre ortodoxo, sobrio y sólido el de Onda. Dormidito y al paso el albaserrada, desentendido casi siempre. La soberbia estocada y la seriedad de su actuación le valieron una oreja. Torero firme, seguro, con oficio y aplomo. Notable impresión.

El cuarto no pasaba ya desde el saludo con la capa. Típico, a veces, en este encaste. Ni humillaba, que ya es menos típico. Altivo de expresión y condición. Los defectos se acentuaron pese al trato y la muleta solvente y capaz de Paco Ramos. Descastado el adolfo. En los chiqueros buena parte de la faena de muleta.

Abel Valls, que un día salió en esta feria a hombros con José Tomás, tuvo su ambiente de novillero. Siete años que no toreaba en esta plaza. Manseó en varas su primer adolfo, se repuchó. Se desmonteró Curro Robles con los avivadores, que despertaron las aviesas intenciones del burel. Medía, miraba, hacía hilo, probaba. Una prenda. Olía a cloroformo, decían los cronistas de antaño. Trató Abel de torearlo por derecho pero pasó las de Caín. Imposible el toro para el toreo moderno. Un mal rato con los aceros.

El quinto fue toro cambiante. Deslucido, sin fondo, casi se echó. En el primer muletazo se le fue a la femoral. En la taleguilla blanca quedó la huella sangrienta de la intención. Sin opciones Valls.

Vicente Soler, de Burriana, salió a hombros hace dos años. El año pasado ni lo anunciaron. El triunfo y la sangre deberían ser cheques en blanco para la repetición de los toreros. Pero los engranajes del toreo, independientemente de que sea un arte sublime, funcionan como cualquier negocio. Priman cuestiones ajenas a la justicia o la sensibilidad.

Con codicia salió el tercero, resuelto Soler con la capa. Con resortes y recursos colocó y quitó al toro del caballo. El inicio con la muleta tuvo mando y autoridad. El toro tuvo calidad hasta que duró, que no fue mucho. Firmó momentos notables el de Burriana. La espada…

Al ofensivo sexto, engatillado y con dos navajas afiladas, lo saludó Soler con criterio a la vieja usanza. Hasta los medios y con una media enroscada como broche torero. Tuvo nobleza y cierto son el de Adolfo. Soler anduvo con tesón y con ganas de agradar. Hubo momentos de acople pero la faena no llegó a prender.

FICHA

Plaza de toros de Castellón. Domingo, 24 de marzo de 2019. Primera de abono. Corrida de toros. Casi tres cuartos entrada.

Toros de Adolfo Martín, muy bien presentados, con hermosas hechuras, de dispar conducta pero escaso juego. Deslucido el 1, manso con peligro el 2, bueno a menos el 3, aplaudido en el arrastre, descastado el 4, sin opciones el 5, manejable el 6.

Paco Ramos, de verde manzana. Estocada. Oreja. En el cuarto, pinchazo, estocada corta, estocada y tres descabellos. Aviso. Ovación.

Abel Valls, de blanco y oro. Estocada que asoma, dos pinchazos, estocada y tres descabellos. Aviso. Silencio. En el quinto, dos pinchazos, estocada que asoma y estocada. Silencio.

Vicente Soler, de azul noche y oro. Dos pinchazos y estocada. Ovación. En el sexto, metisaca, pinchazo y descabello. Aviso. Ovación.

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