Castrillón y Checo se llevan la tarde en Sogamoso

Llovió en la mañana y en la tarde hasta el inicio de la corrida. Algo que parecía difícil de pensar para un  20 de julio en Sogamoso donde no solo se celebra el día de la independencia sino que también se le hace homenaje al sol.  Esto fue determinante para que los aficionados no llenaran la plaza y no respondieran de mejor manera al  buen manejo que hizo la empresa para rescatar una plaza que parecía condenada al olvido y que hoy afortunadamente vuelve a respirar. Pese a la lluvia, los tendidos se vieron llenos en buena parte y el público disfrutó de una buena tarde de toros y por primera vez en varios años, los aficionados salieron hablando de la próxima feria.

 

Por Diego Caballero

El sol solo apareció por un momento, y antes del inicio del paseíllo, para adornar las notas del Bunde Tolimense que sirvieron para recordar que hace 30 años y en este mismo ruedo, cayó herido de muerte un torero al que se conoció como el maestro de América, Pepe Cáceres, al que por cierto, no parecen abundarle los homenajes. Que mala memoria y que poco sensible es el toreo a veces. No hubo en la tarde, ni una ovación, ni un brindis al cielo que le homenajeara, si una exposición fotográfica a la entrada de la plaza, con la que la empresa quiso recordar las tres décadas de aquella fatídica tarde.

Se lidió una buena y bien presentada corrida de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo. Toros con romana, los de a pie, que dieron seriedad a todo lo realizado por los toreros. Los toros para el rejoneo, siendo algo menos, no desentonaron en la corrida y estuvieron acordes a la categoría de la plaza.

Checo abrió la tarde para el toreo a pie. Un toro de buenas hechuras, que marcó en las tablillas 492 kilos,  y que no se cansó de embestir con clase a la muleta de Luis Miguel Castrillón que supo degustar y aprovechar su buena la condición.  Castrillón supo darle los tiempos, lo toques y la longitud a sus muletazos, por ambas manos, para que el público entendiera que estaba ante un toro que merecía  volver a los potreros de Las Manas. Todo,  con la despaciosidad y la clase  que requerían sus embestidas. Checo logró el indulto y Luis Miguel Castrillón las dos orejas que le dan un punto alto en la temporada.

Sumaría un trofeo más. Castrillón ante un toro de embestidas exigentes quiso redondear su tarde, logrando sumar aplausos  y  una buena tanda por el pitón derecho, muletazos que tuvieron un buen remate al lograr Castrillón una buena estocada que le aseguró el premio.

Se presentó el mexicano Antonio Lomelín. No se quiso quedar atrás en la tarde y bien hubiera podido sumar premio en sus dos toros si su espada hubiera sido efectiva. Sobre todo en el último de la tarde que duró poco pero lo suficiente para que el mexicano mostrara que su muleta en la mano derecha es capaz de correr de manera profunda. Solo fueron dos tantas que puntuaron en la tarde pero que se quedaron sin premio. Con el capote en este toro y en su primero se mostró variado. En su primero, el toro de menos posibilidades,  se llevó un susto al entrar a matar en su afán de no dejar escapar el triunfo.

Juan Rafael abrió la tarde ante otro buen toro que siguió con ritmo las cabalgaduras del rejoneador. Estuvo variado en este toro y en su segundo. Efectivo a la hora de clavar y alegre en los adornos. Lució en un par al  violín  y en el adorno de la rosa. Cortó una oreja del cuarto toro de la tarde.

Ficha del festejo

Media entrada en tarde fría

Toros bien presentados y de buen juego en general de Juan Bernardo Caicedo

Juan Rafael, ovaciòn y una oreja
Luis Miguel Castrillón: Dos orejas simbólicas y una oreja
Antonio Lomelín: palmas y silencio

 

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