Roca Rey: tres orejas en Valencia

Jesús Chover tomó la alternativa como hace 37 años su apodeardo Vicente Ruiz El Soro, con menor suerte que aquel entonces. La explosión de la tarde y de lo que va de feria, llego de la muleta y capote del torero de Lima que logró su sexta puerta grande consecutiva en esta plaza.

Por Andrés Amorós de ABC, tomado de internet

Hace 37 años, tomó aquí la alternativa El Soro, el torero de la huerta valenciana, un héroe popular. Después de muchas batallas –en los ruedos y en el quirófano– está en el coso, como apoderado del paisano Jesús Chover, que toma la altenativa. Dicen que lo eligió porque apreció, en el joven, el mismo entusiasmo que él derrochaba: es cualidad necesaria, pero no suficiente. Por grande que sea su ilusionada entrega y el cariño de sus paisanos, el contraste con el oficio de sus compañeros es enorme. Recibe a portagayola al primero (con la moda actual, casi en el centro del ruedo); suma las inevitables chicuelinas, antes y después de varas; banderillea con entusiasmo. El toro va pronto y largo. El toricantano conduce las nobles embestidas, lo da todo y mata caído (con una estocada así, antes, no se hubieran tolerado los gestos triunfales): petición cariñosa de los paisanos. Derrocha voluntad con banderillas y muleta en el último, mata a la segunda y el público le despide con una ovación: Valencia tiene ya un nuevo matador de toros.


En el segundo, Roca Rey, vestido como un banderillero, quita por chicuelinas (¡no nos libramos!). El toro queda más corto que el primero y la gente, que esperaba faena, se decepciona. El toro no era de bandera pero tampoco la fiera corrupia, y del Juli se espera más. Acaba con la habitual estocada con salto, desprendida y trasera. El cuarto se queda un rato en el caballo, se viene, pronto, pero derrota, al final de cada muletazo. El Juli intenta meterlo en la muleta pero el trasteo no resulta brillante y la decepción se repite. Mata con facilidad y pitan al toro: ¿cómo iban a aplaudir un «Impuesto»?


Está iniciando Roca Rey una temporada en la que los públicos le ven ya como primera figura. Es, ahora mismo, una apuesta segura, por ambición, valor frío y cabeza clara. El año pasado, arrasó, en todas las Ferias, pero también demostró que sabe torear al natural con clasicismo, además de asustar, con sus alardes. Al tercero, justo de presencia y fuerzas, apenas lo pican. En el quite, iniciado –¿cómo no?– por chicuelinas, se ve a Roca sobrado, con este toro. Los habituales cambiados por la espalda prenden la mecha; la hoguera crece al ligar muletazos mandones por los dos lados. Cuando el noble toro se apaga, recurre al circular invertido, el desprecio y las bernadinas, mirando al tendido: algo de menos valor pero que el público jalea con entusiasmo. Suenan dos avisos (la faena ha sido larga y pausada). Pincha antes de la estocada y el premio se queda en una oreja.

Recibe con los pies juntos al burraco quinto, que tiene las fuerzas justas, y enlaza con… ¿adivinan con qué? Efectivamente: con chicuelinas. Y Chover quita… ¡por chicuelinas! Es demasiado… No es raro que el toro se derrumbe: tanta chicuelina agota a cualquiera. Comienza haciendo el poste, algo vistoso, sin más; mejora al enroscarse el toro a la cintura, con mucho mando. Los circulares finales, muy en corto, suscitan rugidos y de nuevo cierra con las manidas manoletinas. La estocada, al encuentro, queda desprendida pero es de efecto rápido: dos orejas. El toro ha sido un buen colaborador pero Roca Rey le ha hecho de todo, demostrando su gran momento.

Es, ahora mismo, el fenómeno que todos quieren ver y no los defrauda, por su gran capacidad, tanto en la joyería (el toreo fundamental) como en la bisutería (los recursos). Por las Fallas ha pasado un huracán llamado Roca Rey. Si los toros le respetan, seguirá arrasando.

FICHA

PLAZA DE TOROS DE VALENCIA. Viernes, 15 de marzo de 2019. Sexta corrida. Lleno de «No hay billetes». Cuatro toros de Victoriano del Río (1º, 2º, 5º y 6º) y dos con el hierro de Toros de Cortés (3º y 6º), muy manejables en general, salvo 2º y 4º.

EL JULI, de azul noche y oro. Estocada con salto (silencio). En el cuarto, estocada (silencio).

ANDRÉS ROCA REY, de nazareno y azabache. Pinchazo y estocada. Dos avisos (oreja). En el quinto, estocada (dos orejas). Sale a hombros por la puerta grande.

JESÚS CHOVER, que toma la alternativa, de blanco y oro. Estocada caída (petición de oreja y vuelta al ruedo). En el sexto, pinchazo y media estocada atravesada. Aviso (ovación de despedida).


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