La nada
Madrid – Apuntes de Víctor Diusabá Rojas del quinto festejo de la Feria de San Isidro.
Imagino que a las mismas siete de la tarde había mucho más qué hacer en Madrid. Algún buen café, un museo con algo salido de madre, charla en el Ateneo o el lanzamiento de un libro. En fin, cosas. Nos las perdimos. Y perdimos el tiempo con los toros de El Torero. Ásperos y broncos en todos los tercios. Y, en particular, bravucones en el caballo. Expertos en mentir, tal cual lo hicieron durante toda la tarde. Incluso, quisieron vender su prestigio desde las amplias encornaduras. Esa nunca será una buena receta. Los toros no empujan con los pitones, aunque mejor si tienen buenas defensas, es lo mínimo.
Nada de nada. O sí: Antonio Chacón, ese hombre de plata al que da tanto gusto ver torear con el capote y las banderillas y al que, ojalá, algún día le pidan la vuelta al ruedo y hasta dos. Por pegar lances de esos de ayer y por clavar las banderillas arriba y sin ventajas, para luego irse como es: la torería y la sobriedad mismas.