Manizales: Un par de banderillas y una estocada, David Martínez vuelve a arrimarse a la feria

El caleño cortó la única oreja y fue el triunfador de la corrida. Espera que este año su nombre aparezca en la feria. Moreno Muñoz volvió de la enfermería y la plaza se le entregó. Cristian Restrepo, Curro Martín,  Rocío Morelli y Guillermo Valencia completaron la oportunidad.

Rodrigo Urrego B.

David Martínez tomó la alternativa en la plaza de la Pradera, de la que hablamos ayer,  entre otras porque fue uno de los principales damnificados con el cierre por cinco años de la plaza de toros de Santamaría. Junto a Leandro de Andalucía eran los que recorrían con firmeza el camino para la alternativa en la primera plaza del país. Aunque nacido en Cali, se proyectó en Bogotá como un torero de depuradas maneras, de muy buen agrado de la exigente afición capitalina. Cuando ya había sumado méritos para ser matador le cayó un alcalde llamado Gustavo Petro. La plaza de Sogamoso terminó siendo el lugar de la ceremonia. Seguramente, David, nacido en Cali pero hecho en Bogotá, soñó con el caché de la Santamaría.

Hace tres años, Martínez debutó en Manizales y hace dos, puso en aprietos a la empresa Cormanizales cuando cortó la única oreja en la corrida de oportunidad y tenía en su mano el argumento para reclamar un lugar en la feria. Cuando salieron los carteles su nombre no fue incluido. David no tenía la culpa de no estar entre los favoritos y no tener el nivel para verse en una feria. Entre el debut y la corrida del domingo, Martínez se estrenó en la feria de Medellín pero su actuación la frustró un toro del Manzanal que lo corneó en el tercio de banderillas. Esta vez era uno de los más rodados, tras una intensa actividad en ruedos peruanos y colombianos.

Se abrió de capa con una larga cambiada de rodillas con una plaza que era un hervidero aún por lo que había sucedido tras la voltereta de Moreño Muñoz en el cuarto. Y paró la plaza cuando puso el tercer par de banderillas al violín. Buen toro el de Ernesto Gutiérrez al que le dio buenos pases en series en las que de tener dos o tres muletazos más hubieran puesto la plaza a sus pies. Enredó al público cuando se refugió en los costillares del toro y moviendo sus zapatillas dio un par de redondos. Sí tuvo la plaza a sus pies cuando se tiró a matar en una estocada que fue premiada como la mejor del fin de semana. Ahora la oreja que paseó en su mano toca más fuerte las puertas de la feria de Manizales.

Moreno Muñoz, con el antecedente de haber toreado la corrida de Mondoñedo en la temporada de Bogotá, que entre otras se había ganado en Manizales hace un año, tuvo en sus manos el puesto de la feria pero él sabrá los motivos por los que lo dejó escapar. Tuvo en frente uno de los dos cárdenos del encierro, que aunque tenía bravas embestidas, amenazaba siempre con imponerse con ideas traicioneras. Moreno le puso en claro quién era el que mandaba en el ruedo, pero cuando ya estaba a punto de rematar la faena el toro Lavandero se salió con la suya y lo tiró como ropa sucia en una fea voltereta que tuvo tintes de cornada. Se lo llevaron a la enfermería y tras largos minutos apareció cojeando y con un jirón de esparadrapo en su taleguilla. La plaza se levantó con auténtica pasión al ver al torero regresar al ruedo, y más cuando este le dio uno pases por alto a pesar de sus precauciones. Los tendidos estaban a punto de enloquecer a la espera de un último alarde. Ya no importaba el toreo fundamental. Unas manoletinas, unos redondos, alguna suerte para la galería. Moreno se cohibió. Y se enredó cuando el público empezó a pedir indulto. Ni un muletazo dio para lo uno o para lo otro. El toro amenazaba con otra voltereta. Le hubieran podido llevar las dos orejas a la enfermería. La situación  la recogió David Martínez.

Hace un año Curro Martín pegó doce muletazos con los que alimentó su alma y le sirvieron para repetir en Manizales. Volvió con  ganas de repetir lo mismo pero esta vez su tarde arrancó con el pie izquierdo. Se ubicó mal en el paseíllo y rectificó cuando ya todos se habían saludado, aunque la mayoría del público no se haya percatado.  Y para colmo se llevó a Aviador, el otro cárdeno del festejo, que desde que salió incomodó al torero con su intimidante mirada. Aunque se entregaba como bravo en los primeros muletazos, después se iba al cuerpo del torero. Así lo mandó por los aires a Curro Martín como para decir quién había impuesto su voluntad en el ruedo.

Grata reaparición la de Cristian Restrepo, aquel novillero de Caicedonia y de la Escuela de Cali en cuyos hombros, o mejor, en sus salidas a hombros, creció la temporada Toros y Ciudad de Manizales hace 15 años, y que a punta de cornadas llegó a la alternativa, precisamente en Manizales, de manos de César Rincón y con testimonio de Manuel Caballero en la feria del 2004. Inyectado de ilusión, entre otras porque su hijo Cristian es el niño torero del momento, se vio solvente con capote y muleta, pero su toro embestía con pocas ganas, lo que le restaba sabor a la cosa.

Si ya de por sí los toreros parecen extraños en estos tiempos, una mujer torera ya es una absoluta rareza. Más en Manizales, ciudad tan conservadora. Es probable que se contara de antemano que no llegaría a la feria, pero el sitio que ganó en una plaza de primera categoría en Colombia nadie se lo discute. Tomó la alternativa en Duitama hace un par de temporadas, y se la rebusca para torear entre Colombia y México, donde recientemente cortó orejas y rabo. Toreó con personalidad y desde que hizo el paseíllo el público estuvo de su lado. Tuvo en suerte, nunca mejor dicho, a Buscaniguas, con la raza justa, pero que embistió con mucha calidad como para hacerle dulce la tarde a quien el sorteo le pusiera por delante. Rocío dio buenos muletazos, y el público la premió con la vuelta al ruedo.

Guillermo Valencia volvía a Toros y Ciudad después de haber sido protagonista de esta feria en sus días de niño torero. Tras la alternativa en Cali en la que salió a hombros, era uno de los señalados para colgarse en la feria. Aunque hizo el paseíllo con la montera en la mano, no se puede decir que haya debutado en Manizales. Le tocó a Givive, el lunar del encierro de Ernesto Gutiérrez que no se dejó pegar un solo muletazo. Guillermo escuchó los tres avisos.

Manizales, domingo 14 de octubre de 2018
Plaza de toros de Manizales
Toros de Ernesto Gutiérrez
Lleno

Cristian Restrepo. Silencio
Curro Martín. Silencio
Moreno Muñoz. Ovación
David Martínez. Una oreja
Rocío Morelli. Vuelta al ruedo
Guillermo Valencia. Tres avisos.

Video e imágenes en https://bit.ly/2IqKubD

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