Un brindis
Fue de todos, aunque solo David Martínez se animara a caminar hasta el tendido de sol donde se encontraba Juan Carlos Gómez y lo hiciera bajar las 22 escaleras que lo separaban de la barrera para ofrecerle la lidia y la muerte de su toro. Tras las palabras del torero, su montera voló en busca de las manos del empresario y con ella viajaron miles de agradecimientos; el de los toreros, el de los aficionados y el de todos los que reconocieron el esfuerzo del gerente de Cormanizales para que Toros y Ciudad, estuviera presente en el cumpleaños de Manizales a pesar de todo, de la pandemia y hasta de los mensajes desaprobadores del alcalde de la ciudad.
Por Diego Caballero
Ese brindis, bien pudo ser el momento más sentido del fin de semana en la plaza, no porque no hayan pasado más cosas, las hubo, pero más allá de lances y pases, ese, era el momento de valorar y agradecer el esfuerzo hecho por Cormanizales, que con el apoyo del ganadero y de los toreros, logró sacar adelante los únicos festejos del año taurino en Colombia tras la cuarentena a la que nos sometió la pandemia. Sin público, pero con redes y la participación del canal Telecafé, más de 15.000 espectadores se enteraron de que hubo toros en Manizales. Cosas del querer…
Los toreros que hicieron el paseíllo durante el fin de semana, tuvieron que eliminar las esporas de sus guardados vestidos, mientras la mente se ponía en Manizales que inesperadamente ocho días antes, había anunciado sus carteles para Toros y Ciudad.
De los doce ejemplares de Ernesto Gutiérrez, casi todos, menos uno en cada tarde, tuvieron su lidia y los toreros muchas veces acertaron en encontrarla. En la novillada del día sábado, dividida en dos por la presencia de los picadores, se le dio la vuelta al ruedo al tercer novillo de nombre ‘Molinero’ y al que Antonio Hernández le ejecutó buenas series con ambas manos. Camilo Hurtado abrió el ciclo con cuatro verónicas y dos medias de buena ejecución, mientras Luis Miguel Ramírez sorteó el novillo que no dio posibilidades. La segunda parte de la novillada fue con erales para dos debutantes y Mikel Ramírez el triunfador del año anterior, que esta vez volvió a mostrar buenas maneras sobre todo toreando al natural y a la verónica. Simón Hoyos, uno de los debutantes, sorprendió al mostrar postura en su figura y buen trazo al torear con capote y muleta que le valió para cortar la única oreja de la tarde. El otro debutante, Miguel Felipe Negret, tuvo cerca el premio a sus ganas y desenvoltura mostrada ante el buen eral al que recibió de rodillas, pero su espada no encontró su fin rápidamente. La clausura de la novillada corrió a cargo de Juan Simón, un niño aspirante a rejoneador que demostró que sabe montar.
La corrida de toros, celebrada el domingo, la abrió el torero de la tierra, Guillermo Perla Ruiz que se mostró solvente ante las embestidas exigentes de su toro. Cristóbal Pardo cortó una oreja del buen toro que salió en segundo lugar, después de mostrar el reposo y la madurez que ha ganado su toreo. Su espada aseguró el premio. Manuel Libardo se llevó en la mañana la bolita con el número del toro que no embistió o mejor, que dejó de embestir después de mostrar una buena condición en su suave capote con el que le recetó cinco verónicas y una buena media de la que se habló hasta después de la corrida. Tras el puyazo de Cayetano Romero, la embestida del toro se tornó corta y caminadora. César Manotas toreo bien al natural a un toro de ‘enclasada’ embestida al que luego no mató a la primera. David Martínez también sorteó un buen toro ante el que firmó una buena faena en la que muchas veces supo aguantar y tirar de la embestida del animal. Leonardo Campos ‘El Choni’, debutó en Manizales y lo hizo ante ‘Pereirano’, un toro de cinco años, que pesó 532 kilos y que parecía de imposibles embestidas a juzgar por las voces angustiosas que salían de los pocos habitantes del callejón. Pero terminó queriendo seguir la muleta del torero de Sogamoso que luego de insistir y buscar las embestidas, no tuvo acierto con su espada hasta el punto de escuchar el desconsolador sonido de tres avisos.
Eso fue lo que se vio en los dos festejos de la versión número 21 de Toros y Ciudad, lo que se dejó de hacer, lo sabrán los toreros.
Dos orejas y un brindis, quizás, fue poco para decir, gracias.
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