Oreja para Octavio Chacón de los “victorinos” en Valencia
Octavio Chacón paseó hoy, a cambio de una cornada en el escroto, la primera oreja de la feria de la Fallas de Valencia, en una tarde en la que, a pesar de estar herido, tuvo el gesto de salir de la enfermería para matar al segundo toro de su lote, de la divisa de Victorino Martín.
Con información de EFE, tomada de internet
La actuación de Chacón estuvo marcada por el buen oficio que mostró tanto ante su primero de la tarde, que tuvo un cantado peligro, como ante su segundo, que, tras correrse el turno, se lidió en sexto lugar para dar tiempo a que el gaditano terminara de ser atendido por los médicos.
El percance se produjo durante el trasteo de muleta a ese segundo de la tarde, que se resistió desde el primer momento a tomar los engaños con un mínimo recorrido, hasta que en un descuido prendió al torero a la altura de la ingle.
En unos instantes angustiosos, Chacón se quedó colgado del pitón derecho del toro, girando incluso sobre sí mismo, lo que hizo pensar que podía estar herido de gravedad, pero fue él mismo, agarrándose al cuerno, el que evitó que éste penetrara más en sus carnes.
Rehecho del percance, y solo con una pequeña mancha de sangre en la taleguilla, Chacón se siguió fajando con el avieso “victorino” hasta tumbarlo finalmente de una estocada de gran ejecución, aunque la espada, de tanto ímpetu en el embroque, quedara algo trasera de colocación.
La oreja que se le concedió fue más que merecida y, probablemente, en el afán de cortar una segunda que le permitiera salir a hombros, el de Prado del Rey (Cádiz) pasó con ella a la enfermería dispuesto a volver al ruedo tras una primera intervención de urgencia.
Y, efectivamente, tras correrse turno, Chacón apareció de nuevo en la arena para matar a su segundo toro, un “victorino” vareado y muy astifino de pitones, que llegó a la muleta con un punto de brío que se apagó en cuanto se vio sometido.
Aun así, y sin gran calidad, resultó lo suficientemente manejable para que el torero herido le hiciera una faena de más habilidad que poso, manejándose con suficiencia y oficio, a pesar de la merma sufrida por el percance. Claro que sin el contundente remate con la espada que tuvo la de su primero.
El mejor toro de la corrida de Victorino Martín, ganadería que volvía a las Fallas tras trece años de ausencia, fue el que abrió plaza: un bonito y armónico ejemplar que, con la fuerza y el motor medidos, tuvo una enclasada y profunda embestida, especialmente por el pitón izquierdo.
No acabó de cuajarlo Rafaelillo, al que le faltó sutileza y suavidad, y también asiento por momentos, para aprovechar como merecían la docena y media de buenas arrancadas que tuvo el ejemplar de la divisa azul y grana.
El cuarto, en cambio, no tuvo esa entrega, ni de lejos, aunque no por ello resultara más complicado, solo que el torero murciano optó por un trasteo en el que buscó mas la épica que la estética, sin acabar de encontrar ni lo uno ni lo otro.
El más joven de la terna, el castellonense Varea, entró en sustitución del convaleciente Fortes y se encontró con dos toros con ciertas opciones, sin calidad pero con una movilidad aprovechable.
Sus dos faenas, sin redondear, tuvieron una estructura muy similar, ya que en ambas consiguió, al menos, una serie de muletazos de temple y buen trazo, acompasándose con enjundia, pero fueron decayendo a medida que ambos toros, y su propio ánimo, se fueron también viniendo abajo.
FICHA DEL FESTEJO.- Seis toros de Victorino Martín, todos cinqueños y de correcta presentación, vareados, sin excesivo volumen ni alzada. Dieron un juego desigual: entre la clase y el temple del primero y el peligro evidente del segundo, los hubo manejables en mayor medida pero también desclasados y sin entrega.
Rafaelillo, de purísima y oro: media desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso); pinchazo y otro hondo (ovación).
Octavio Chacón, de oliva y oro con remates negros: estocada trasera (oreja); pinchazo y media tendida (ovación).
Varea, de hueso y oro con remates negros, que sustituía a Fortes: estocada caída y dos descabellos (ovación tras aviso); cuatro pinchazos y estocada baja (división al saludar, tras aviso).
Tras estoquear al tercero, Chacón fue atendido en la enfermería de “herida de 5 centímetros en la zona escrotal y un fuerte varetazo en la fosa ilíaca derecha, pese a lo cual salió a matar al segundo de su lote, que, al correrse turno, se lidió en sexto lugar.
Primera corrida de la feria de Fallas, con dos tercios de entrada (unos 7.000 espectadores) en tarde agradable.