Cali: Bolívar abre la puerta grande

El torero colombiano cortó las dos orejas a Chanero, primero de la tarde, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Se lidió una corrida de Salento. David Mora y Pablo Hermoso de Mendoza completaron el cartel.


Por Rodrigo Urrego B.

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Bolívar pegó primero. Le bastó un solo toro, el primero de la tarde, para dejar hechos todos sus deberes. En un año en el que pocas noticias suyas se tuvieron, volvió a vestirse de blanco y plata en Cañaveralejo, como si tuviera ilusiones de novillero, y aprovechó la primera carta que tuvo, la marcada con el nombre de ‘Chanero’, el toro de Salento con que el caleño puso las cosas en su lugar, y volvió a dejar en claro quién es la máxima figura del toreo nacional.

Para empezar, larga cambiada de rodillas mientras el público que a punto estuvo de llenar los tendidos se acomodaba. Quite por chicuelinas, y tras un largo sorbo de agua se fue al propio centro de la arena para desafiar a Chanero. Nada de probaturas. El de Salento se fue por la muleta como si se la quisiera comer, y el torero se la ofrecía sin que los pitones la tocaran. Una, otra y hasta seis veces, y tras el pase de pecho la plaza era un clamor. Los oles se repitieron en las series sucesivas, Chanero no paraba de embestir una y otra vez, como con la convicción de que podía agarrarla. Bolívar tampoco se cansó de ofrecerle la muleta y pasárselo alrededor de su cuerpo. La estocada dejó al toro sin puntilla, y el palco presidencial sacó los tres pañuelos, el de la vuelta al ruedo para Chanero, y las dos orejas para el torero. Bolívar pegó primero, y el que lo hace pega dos veces.

Sin embargo, el colombiano no se conformó. En el cuarto también se tiró de rodillas con el capote, y hasta pareció patentar un quite. Medio capote a la espalda para terminar toreando con muletazos con el capote. Su segunda faena no tuvo el colofón de la estocada, pero el público aplaudió al torero de la tierra.

Pablo Hermoso de Mendoza pudo haber acompañado al torero colombiano en la salida a hombros. A pesar de que su segunda tarde en la feria de Cali volvió a estar lejos, muy lejos de su leyenda, pues hasta falló con rejones y los toros atropellaron a sus caballos, algo que hasta hace unos años parecía impensado en tratándose de un mito de sus quilates. En el tercero de la tarde cautivó al público con las piruetas que se atrevía a hacer a muy pocos centímetros de los pitones. Y puso al público de pie cuando cerró su faena apoyando su codo en la frente del animal, en el desplante del teléfono. En el sexto su faena no tuvo colofón. El toro que puso fin a la tarde decidió pararse súbitamente, y no volvió a embestir.

David Mora no alcanzó a sumar argumentos suficientes para abrir la puerta grande. Sus dos toros no tuvieron malas intenciones, pero se les fue agotando sus energías. Los muletazos del torero tampoco fueron lo suficiente para que el público se emocionara.

La corrida de Salento empezó por todo lo alto, con la bravura de Chanero y la faena de Bolívar. Parecía un buen presagio, pero a la postre, el primer capítulo de la tarde fue el único que encontró hueco en la historia de Cañaveralejo.

Cali, plaza de toros de Cañaveralejo
Jueves 29 de diciembre de 2016
Quinta Corrida
Toros de Salento.
Luis Bolívar: dos orejas y saludo desde el tercio
David Mora: Saludo desde el tercio y silencio
Pablo Hermoso de Mendoza: silencio y silencio 

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