Castrillón y Juan Rafael a hombros en Arbeláez

Castrillón indultó a su segundo toro, mientras Juan Rafael cortó una oreja a cada uno de su lote. Sebastián Ritter cortó una oreja. Se lidió una buena corrida de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo.

Por Diego Caballero

Los toros de Juan Bernardo Caicedo volvieron a marcar, una vez más, la pauta de una tarde que resultó triunfal ante una plaza que rozó el lleno en sus tendidos ante el llamado de la empresa Minotauro.

Se pidió el indulto en dos ocasiones. Para el toro corrido en tercer lugar, un jabonero que le correspondió al rejoneador Juan Rafael. Un ejemplar que embistió siempre con temple a las cabalgaduras y que fue a más. Con él, Juan Rafael se mostró siempre animoso, mostrando dotes de buen jinete y clavando con acierto en diferentes suertes. El rejoneador se entregó y buscó un indulto que no llegó y al cual muy pocos se opusieron, entre ellos el presidente de la plaza que tuvo la última palabra. El rejón de muerte no entró a la primera por lo que el doble premio se quedó en una oreja. Otra sumaría en el toro que cerró  plaza,  sardo de capa y que remató una variopinta corrida, pero que fue menos que sus hermanos. La disposición del rejoneador supo encontrar la llave de la puerta grande al cosechar una nueva oreja.

El toro que sí logró el indulto le correspondió a Luis Miguel Castrillón que tuvo una tarde casi  redonda. Faltó poco. La tarde fue suya, desde el momento en que empezó su tarde de rodillas con una larga cambiada que sirvió  para demostrar  una disposición que no abandonó en toda la tarde. Con el toro del indulto, colorado y de nombre Escandalo, que tuvo clase y ritmo en sus embestidas,  se mostró fácil y claro de ideas para lograr  perdonarle la vida, todo por la vía del toreo esencial, sin dar cabida a los accesorios. Ese fue su mérito, lograr volcar la plaza, al final de su faena, a base del toreo fundamental. Cortó las dos orejas simbólicas.

Pero su mejor versión se mostró en su primer turno en una faena de gran profundidad ante un toro que también la tuvo. Su muleta, por ambos pitones, supo administrar las buenas embestidas ofrecidas, de forma siempre larga, despaciosa y con la figura compuesta. Fue, una faena bien administrada en tiempos y espacios, pero mal remata con la espada. Precisamente fue su espada, la que  no dejó que su tarde fuera redonda.

Sebastián Ritter no contó con mayor suerte en la tarde. Su primer toro, serio de pitones, embistió con codicia a su capote y hacía presagiar que la tarde se abriría de gran forma. Pero el animal clavó sus pitones en la arena y luego acusó la vuelta, también,  un golpe que se dio con las tablas al momento de salir a la plaza. Ritter  intentó mantenerlo en pie sin mayor acierto y lo hizo largo con la espada. Logró cortar una oreja a su segundo toro. Tras sufrir una fuerte voltereta, despertó al  público que entendió, que el torero se mostraba valiente ante  una embestida que casi siempre buscó los adentros.  No la tuvo fácil Ritter para alcanzar el premio que tras una estocada y un descabello,  vio como la gente pidió y obtuvo la recompensa para él.

En tarde de toros de distintos pelajes, distintos fueron sus  comportamientos, pero siempre con interés para al aficionado que no tuvo espacio para el aburrimiento.

Ficha del festejo

Arbeláez

19 de agosto 2018

Toros de Juan Bernardo Caicedo

Luis Miguel Castrillón: Palmas tras aviso  y dos orejas simbólicas

Sebastián Ritter: Silencio tras aviso y oreja

Juan Rafael: Oreja y oreja

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