Ramírez y Mondoñedo, los primeros nombres de Manizales

La emblemática ganadería Mondoñedo y el novillero colombiano Luis Miguel Ramírez alcanzaron este lunes los laureles del primer festejo de la 69 Feria Taurina de Manizales.

Seis serios ejemplares, bravos en su mayoría y con amplia gama de posibilidades para los alternantes mantuvieron siempre arriba la tarde.

Y fue Luis Miguel Ramírez quien mayor provecho sacó de ellos, incluso sin que su lote fuera el más calificado de los que entraron en concurso.

Por ejemplo, el primero, muy serio, se quedó corto en el capote y luego empujó en el caballo de Cayetano Romero, mayoral de la ganadería.

Muy firme y con el temple como bandera fue como Ramírez logró meter al novillo en la muleta, hasta tocar el alma de los tendidos.

El ejemplar se movió, eso sí, lejos de trascender. Espadazo y oreja justa para quien venía de triunfar en la Feria de Cali.

Desde el principio, la tarea de Ramírez a desarrollar en su segundo fue encarar la senda del lidiador. Y así lo hizo, siempre dándole todas las ventajas al de Mondoñedo hasta hacerlo despertar y obligarlo así a unirse a su propuesta de agradar a la asistencia.

Una tanda maciza de naturales puso el sello de artista por parte del nacido en Bello, municipio en las goteras de Medellín, en el departamento de Antioquia. Oreja y puerta grande.

El también colombiano Anderson Sánchez puso a hervir la Plaza de Manizales con su recibo al segundo de la tarde, en el que la porta gayola fue preludio de lances tan templados como emotivos.

Ante un ejemplar que no rehuyó la pelea, Sánchez se puso en corto para aprovechar los viajes francos de su enemigo, animal que siempre fue a más, hasta poner en alto la emblemática divisa del centro del país que llegó al siglo de vida en 2023.

El cierre corrió por cuenta de un estoque delantero de pronto efecto. Oreja.

El quinto dejó ver su condición de encastado no más saltó a esta arena gris. Sánchez mostró en él sus aptitudes con el capote, hasta brillar en la ejecución de las suertes.

En la muleta fue a otro precio porque el toro sacó temperamento y exigió dotes de un maestro antiguo capaz de poderle, de mandar sobre él. Una cogida sin grandes consecuencias advirtió aún más sobre las dificultades de por medio. Espada calada. Palmas a Sánchez e igual al toro.

Simón Hoyos se estrenó con caballos en esta, su tierra natal. El novillo toro, bajo de hechuras, mostró calidad de salida. Y por abajo lució aún más en la primera mitad de la faena.

Por esa senda se mantuvo en las primeras series a cargo de un novillero que supo dar con tiempos y distancias. Las tandas sobre los dos pitones tuvieron gusto y pulcritud. Pero lo que bien comienza no siempre bien termina. De esa última parte se encargó una espada que no encontró sitio. Palmas al muy buen novillo y otras más al aspirante.

Su otro toro, sexto del festejo, asomó como un rayo y sembró ilusiones entre la concurrencia. Seguramente también en Hoyos, quien quiso encontrar en él un aliado pero la inexperiencia le pasó factura hasta que el de Manizales encontró el camino en su propia firmeza y en el empaque de muletazos de trazo artístico.

La música y la gente hecha entrega total trajeron otro buen momento de los tantos que tuvo la tarde. Los yerros con la espada se interpusieron en lo que bien hubiera podido ser un trofeo. Tres avisos y palmas a los dos.

Ficha

Seis ejemplares de Mondoñedo, bien presentados y con juego. Notable el tercero, con emoción el quinto, de menos a más el cuarto y palmas al segundo. El sexto, exigente, mientras que el primero no rompió.

– Luis Miguel Ramírez: Blanco y azabache. Oreja y oreja.

– Anderson Sánchez: Azul pavo y oro. Oreja y palmas.

– Simón Hoyos: Verde botella y oro Palmas y palmas tras tres avisos. Tres cuartos de entrada.

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