Manizales: Castella en Solitario

Tras la frustrada alternativa de Juan Viriato, y el puntazo que se llevó Roca Rey en sus primeros lances con el capote, el torero francés fue el dueño de la tarde. Cortó tres orejas, se fabricó un indulto, y se marchó a hombros.

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Rodrigo Urrego B.

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El día de la alternativa, el paso de novillero a matador de toros, suele ser el día más recordado en la vida de todos los toreros. Suele ser el día perfecto, en el que todos los astros se alinean a favor. Por lo general hace buen clima, se llevan el toro que mejor embiste, se sueña con la puerta grande, y son miles los casos en los que los nuevos matadores la consiguen. Incluso, algunos no vuelven a conseguir tamaño éxito y por eso viven relatando la tarde de la alternativa.

Juan Viriato tampoco la olvidará. Había aparecido en el cartel de la cuarta tarde de la Feria de Manizales sin que nadie lo tuviera entre las cuentas. Nacido en Cúcuta, se anunció como Juan Carlos Sevilla de novillero sin caballos, luego se internó y se formó en las ganaderías de César Rincón en Colombia y en España, bajo la tutela de Gonzalo, el padre del maestro colombiano. Llegó a torear en Las Ventas de Madrid sin mayor suceso, pero no tuvo en su currículo haber triunfado en novilladas de ferias grandes, como la que le abrió las puertas para cumplir su sueño de hacerse matador.

Se había dado la mano con Sebastián Castella, con Roca Rey. Había recibido abrazos de Morante, de Miguel Ángel Perera, toreros que le dedicaron unos minutos en el patio de cuadrillas, conocedores que esos minutos son los más largos para cualquiera que viste un traje de luces. Paseíllo montera en mano y en la mitad de dos figurones, el francés y el peruano. Y cuando sonaron clarines y timbales para la salida del toro de la alternativa, parecieron romper el cielo que empezó a aguar la ceremonia.

Los primeros lances que dio Viriato parecían de torero consumado. Suaves y lentos. Salieron los picadores, y pocos minutos antes de hacerse matador de toros, se confió. Pensó que el toro era un perro juguetón, y este le recordó que hacía daño. Lo fue llevando al caballo con chicuelinas, y en la primera lo levantó del puso y el torero cayó para no volverse a levantar. La fractura de dos vértebras lumbares lo dejó sin la alternativa. “Me equivoqué”, se lamentaba mientras lo llevaban a la enfermería.

La historia del toreo hay decenas de casos de toreros corneados en sus alternativas, pero después de que les hayan cedido los trastos. Pero lo que le pasó a Viriato tiene muy pocos antecedentes. Paquirri debió tomar la alternativa el 16 de julio de 1966 en Zaragoza, pero su primer toro lo corneó apenas cuando lo toreaba con el capote. Un mes después, el 11 de agosto, ya recuperado, la tomó en la misma plaza. Probablemente Viriato no tenga la misma fortuna. Se fue en una ambulancia sin cumplir su sueño, y a la espera de que la lesión no sea delicada. Pero sin saber si habrá una nueva alternativa.

La primera corrida de Ernesto Gutiérrez quedó en un improvisado mano a mano. Sebastián Castella versus Roca Rey. Duelo de titanes donde lo pongan. No solo en la cabeza de José Antonio Campuzano, el descubridor de ambos. Castella, como quien marca territorio, pronto se puso al frente de la lidia del que iba a ser el primer toro en la carrera de Viriato. La fiesta sigue y Castella la prendió, con un toreo de figurón se fue en ventaja. Cortó la primera oreja.

Lo que nadie esperaba es que el francés se fuera quedar en solitario. Y eso pasó cuando Roca Rey apenas toreaba con el capote a su primero. Se fue al piso y allí el toro no desaprovechó. Un puntazo en la pantorrilla lo limitó toda la tarde, y aunque les puso la cara a tres toros bastante incómodos, se marchó de vacío.

Millonario, era el pretencioso nombre del tercero de la tarde, y el público vestido de capas impermeables, no se contuvo hasta el quinto o hasta el sexto, y decidió que ese era el toro del tradicional indulto. Pero es que fue Castella el que le dio argumentos para ello. El toro era noble, pero no ambicioso. Se conformaba con perseguir la muleta, pero con algo de pereza. Pero el francés fue el encargado de despertarlo. No se cansaba de citarlo y torearlo, una u otra vez. Con la mano derecha, y con la izquierda. Y el público respondía con unos oles que parecían truenos. Parecía todo consumado pero siguió toreando hasta que le pusieran el pasodoble Feria de Manizales. Convenció a los músicos. Y siguió toreando a Millonario a pesar de que se quería ir a las tablas, y aún así convenció al público para pedir el indulto, y a la presidencia para que se asomara el pañuelo amarillo. Tarde dura, accidentada, pero también de gloria. Por lo menos para Castella, que se quedó en solitario con la cuarta tarde de toros en Manizales.

Ficha
Manizales, Plaza de toros de Manizales
Jueves 5 de enero de 2017
Feria de Manizales
Cuarta tarde
Toros de Ernesto Gutiérrez Arango
Sebastián Castella: oreja, dos orejas simbólicas, y saludo tras aviso
Roca Rey: silencio, silencio, y silencio
Juan Viriato: herido

Juan Viriato debía tomar la alternativa. El toro Millonario, lidiado en tercer lugar, fue indultado.

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