Una corrida dura de Adolfo Martín cerró la Feria de Otoño 2017. Juan Bautista y Paco Ureña lidiaron toros de imponente cornamenta, especialmente el cuarto, y tuvieron que resolver las dificultades que plantearon todos, a excepción del primero por el pitón derecho que se dejó más. No estuvo acertado el francés con los aceros en ese toro ni en el tercero y Paco Ureña, por su parte, dejó muletazos y series de calidad pero sin continuidad por la condición de sus oponentes.
Tuvo eco en los tendidos el recibo de Paco Ureña al segundo de la tarde, un toro que se arrancó al caballo de lejos y se empleó en la primera vara aunque salió suelto del segundo encuentro y no fue muy castigado. Por el derecho con la muleta fue mejor por el derecho por donde firmó dos series que tuvieron buen aire pero luego con la izquierda se desdibujó la labor y fue embestido cuando se cruzaba buscando la colocación. El toro respondió bien en los dos primeros muletazos pero le costó tomar el tercero. La estocada fue efectiva. Con el sexto hubo momentos destacables al natural y entró a matar con todo. El más agresivo del encierro lidiado en cuarto lugar no tuvo recorrido y Ureña insistió sin posibilidad de triunfo.
El primero de la tarde fue ovacionado de salida por su seriedad. En la primera serie con la muleta Juan Bautista no quiso presionar y toreó sin violencia. Por el izquierdo el animal fue imposible y por ello basó su faena en el pitón derecho, incluso firmando una tanda al natural. Quiso entrar a matar recibiendo en el centro del ruedo pero el toro no respondió y al volapié la estocada hizo guardia. Luego falló repetidamente con el descabello. Mal con los aceros también anduvo con el tercero con el que dejó una labor de máxima seriedad y elegancia pero que no llegó a los tendidos. El público se posicionó al lado del quinto que fue ovacionado en el arrastre después de reponer en la muleta y presentar dificultades.