Ponce sigue siendo el rey
El torero español fue el triunfador de la cuarta corrida al cortar dos orejas a un toro de Las Ventas del Espíritu Santo. Actuó en mano a mano con el peruano Roca Rey al que la faltaron toros para triunfar.
Por Rodrigo Urrego B.
Enrique Ponce y Andrés Roca Rey se midieron en mano a mano en la cuarta tarde de toros en Cañaveralejo. Un duelo entre un maestro consumado, con más de 25 años de alternativa, y un joven retador que busca asaltar la cima del toreo. Esta vez, en el ruedo de Cali, Ponce siguió siendo el rey.
Al español le bastó un solo toro, el primero del festejo. Tenía el hierro y la divisa de Las Ventas del Espíritu Santo, y se llamaba Panelita. Fueron tan dulces sus embestidas que Ponce las aprovechó para acariciarlo con su muleta. Su toreo elegante y estético puso de pie de pie a los aficionados que llenaron los tendidos y que no se cansaron de aplaudir cada uno de los muletazos que se hicieron interminables. El toro de la ganadería de César Rincón fue el más sobresaliente, y a la postre fue el único que se llevó el premio de la vuelta al ruedo en el arrastre.
El encierro de Las Ventas tuvo trapío por lo que esta vez no hubo lugar para ningún reproche. Pero las bonitas hechuras que lucieron no correspondieron con lo que llevaron dentro, poca bravura, poca casta y mucha decepción.
Para la muestra, dos toros con la divisa tricolor, tercero y cuarto, tuvieron que emprender camino de regreso a los corrales. El de Ponce porque se derrumbó apenas en el primer tercio. El de Roca Rey aguantó hasta las banderillas, pero también se derrumbó.
Otro capítulo de maestría fue el que Ponce firmó en el tercero. Ebanista, de Ernesto González Caicedo, salió al ruedo en substitución del titular de Las Ventas. El toro, de pelo cárdeno y fina estampa, ilusionó con sus hechuras, pero rehusó a dar pelea y se refugió cerca a la puerta de toriles, su terreno favorito. El maestro español pidió calma al público pues sabía que lo podía engañar. Y así fue. Le dejó la muleta en la cara hasta que el toro dejó de resistirse, o mejor, la muleta de Ponce logró convencerlo y la plaza entró en ebullición. Tanto en este toro como en el quinto, el torero valenciano no tuvo fortuna con la espada, y los trofeos que estaban listos para caer en su mano se esfumaron.
El peruano Roca Rey no tuvo la complicidad de sus tres toros para seguir el camino por la puerta del Señor de los Cristales trazado por Enrique Ponce. Su primero, con el hierro de Las Ventas, tuvo nobleza pero se apagó tan pronto que el público quedó con los crespos hechos. Esta vez ni sus arrimones trascendieron por la falta de casta del animal. El cuarto bis, de Ernesto González, salió como reserva tampoco resistió. El sexto era su última carta pero el de Las Ventas se encargó de cerrarle la puerta grande, ese túnel que conoce de sobra, pero que tendrá que esperar para abrir en la corrida del 31 de diciembre.
Cali, plaza de toros de Cañaveralejo
Viernes 29 de diciembre de 2017
Cuarta corrida
Se lidiaron 4 toros de Las Ventas del Espíritu Santo (1°, 2°, 5° y 6°) y 2 de Ernesto González (3° y 4°). Panelita, número 203, con 512 kilos de peso, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Enrique Ponce: dos orejas, saludo desde el tercio y saludo desde el tercio tras aviso
Roca Rey: silencio, ovación y silencio
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