Puerta del Príncipe para Tomás Rufo en su debut sevillano

Rufo cosechó un triunfo rotundo de cuatro orejas en la séptima de feria en Castellón, y salió a hombros junto a Julián López El Juli y el peruano de Andrés Roca Rey, que pasearon tres y dos apéndices, respectivamente. A pesar de la triple Puerta Grande, el gran nombre propio de la tarde tuvo acento toledano: Tomás Rufo, un joven llamado a refrescar el escalafón de matadores y que en Castellón demostró que está capacitado para ello. Su primero fue un gran toro de Domingo Hernández al que entendió a las mil maravillas para cuajarlo por el pitón derecho en varias series muy ligadas y muy bien compactadas, aunque lo grande llegaría al natural, con la figura erguida, relajado totalmente para echársela (la muleta) a la cara y llevarlo muy toreado en lo que fueron los mejores muletazos de la tarde. Y no bajó el diapasón con el gran sexto, al que firmó la mejor faena de lo que va de feria por compacta y rotunda, iniciada de rodillas, seguida por redondos de notable autoridad y mando, y finalizada con un toreo al natural de muchísima calidad.

Con información de EFE, tomada de internet.

Gran Tomás Rufo con un gran “garcigrande”, al que despachó nuevamente a la primera en la suerte suprema. Dos orejas sin discusión -e incluso hubo petición de rabo- y vuelta al ruedo para el astado. No pudo empezar mejor la función con un bravo ejemplar de Garcigrande que ya le puso el triunfo en bandeja a un Juli que también salió a por todas, viendo desde el primer momentos las notables cualidades de un astado al que sometió por abajo en varias series de derechazos muy autoritarios, y al que cuajó también con largura y sumo dominio al natural. Faena rotunda del madrileño, que agarró una estocada que le granjeó el doble trofeo de un astado que fue fuertemente ovacionado en el arrastre.

El cuarto ya no fue igual, un toro que se lo pensaba más y con el que Julián tuvo que enfundarse el mono de trabajo para sacarles las embestidas y lograr estructurar una faena de oficio y buena técnica, y premiada con una oreja más tras pinchazo y estocada. La gente se entregó con él de forma absoluta, también en las ceñidas manoletinas finales y en la estocada que le valió para cortar dos orejas y asegurarse desde el primer momento la salida a hombros por la Puerta Grande.

Y Roca Rey, que nada pudo hacer con un segundo que embistió a oleadas, se redimió con el sobrero que hizo quinto, en el que sacó a relucir todo su repertorio para encandilar a los tendidos de La Magdalena. Porque además de torear asentado y muy por abajo, fundamentalmente por el derecho, puso a la plaza en pie con sus alardes de consabido valor, los circulares, los cambiados improvisados, la arrucina y un sinfín de “efectos especiales” que complementaron una labor muy emocionante y comunicativa. Estocada a la primera y dos orejas.

Ficha del festejo

Toros de Garcigrande, el segundo bis, el tercero y el quinto bis con el hierro de Domingo Hernández, desiguales de hechuras y cómodos, y de juego variado. Destacaron sobremanera primero, tercero y, sobre todo, el sexto, premiado con la vuelta al ruedo. El sobrero que hizo segundo fue el más deslucido; tardo y sin entrega el cuarto; y manejable el quinto.

Julián López “El Juli” (gris plomo y oro): estocada (dos orejas); pinchazo y estocada (oreja).

Roca Rey (espuma de mar y plata): estocada (silencio); estocada (dos orejas).

Tomás Rufo (azul marino y oro): estocada (dos orejas); estocada (dos orejas).

La plaza rozó el lleno en tarde gris

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