Puerta grande para José Arcila en Bogotá

El colombiano se convirtió en el gran triunfador de la cuarta corrida de abono de la temporada bogotana al cortar tres orejas e irse por la puerta grande.

Sus alternantes, los también colombianos, Moreno Muñoz y David Martínez, no cosecharon trofeos.

Los ejemplares de la ganadería Vistahermosa brindaron posibilidades y, en general, se ganaron el reconocimiento de los espectadores.

José Arcila no se dio tregua ni se la quiso dar a sus dos ejemplares para cosechar la primera puerta grande de la actual temporada taurina bogotana, tras sumar tres orejas.

La tarde, de cartel de toreros colombianos, tuvo emoción y muchos matices, gracias a la voluntad y decisión de la terna, además de la, en general, disposición del encierro del hierro de Vistahermosa.

La corrida se puso en marcha con Martínez, quien confirmó la alternativa con el número 282, de nombre ‘Alosnero’. Una verónica y media más de cartel mostraron sus ilusiones.

Tras la buena vara en la que el toro empujó abajo, la suerte de banderillas dejó en evidencia que había un enemigo de quilates por delante.

Y, en efecto, eso mostró el ejemplar: casta y prontitud. Siempre, en los medios. Y con él como examen, David Martínez ejecutó una faena limpia, en especial con la mano izquierda, al bravo, ovacionado en el arrastre de vuelta al albero.

La cara bandera de la lentitud la plantó José Arcila con su capote para darle bienvenida al segundo de la corrida, al que dejaron crudo en el caballo.

Como en Manizales en la Feria de comienzos de año, donde triunfó en el festival, inició con muleta en mano y silla en qué asentarse. Le salió bien.

Y mejor en las primeras series con un toro prestó y franco de por medio. La lidia del diestro de Manizales siempre tuvo eco en los tendidos. Espadazo y dos orejas.

Moreno Muñoz se encargó del tercero, que dejó parte suya en la vara. Entonces confirmó lo que ya había enseñado en principio, su tendencia a pararse. Al menos, hasta ese momento. Porque luego tuvo movilidad, pero con el infortunio de salir suelto de la muleta y en procura de refugio, un manso. Palmas al torero.

El cuarto, muy en el tipo de la casa santacolomeña de Vistahermosa, sirvió de complemento a un Arcila ya cotizado. Luego de hacerse sentir en el tercio de varas, el toro halló en su camino la firmeza del torero, que supo hacerse a los terrenos con ella.

Fue por momentos una batalla, pero también la forma en que la emoción sirviera de música de fondo antes de que cayera la orden desde el palco.

Las series de naturales se hicieron oír entre la concurrencia, pero una fea cogida, sin consecuencias, cortó la racha. Igual, lo mató arriba para otra oreja.

El quinto asomó entre palmas de la asistencia como premio a su estampa. Solo que tardó en definirse y cuando lo hizo no dejó huella diferente a la de la mansedumbre.

Sin suerte en su lote, Moreno debió afrontar además las dificultades para deshacerse de este.

El sexto cautivó apenas saltó a la arena, tanto por la manera de cabalgar como por sus embestidas por bajo y rebosándose.

En banderillas la plaza se estremeció con tres pares del propio diestro y sus subalternos Carlos Garrido y Ricardo Santana.

Pero todo cambia. Y los toros, también. El de este turno cayó en un bache que hizo presagiar un final anticipado. A buena hora, Martínez decidió apostar al pitón izquierdo y de ahí salieron los mejores momentos de ese, el señalado como último de la tarde en el programa oficial. Espada baja.

Moreno Muñoz regaló un séptimo que tuvo calidad pero escasa bravura. 

FICHA DE LA CORRIDA

Toros de Vistahermosa, bien presentados. Vuelta al ruedo al primero. Palmas al segundo. Silencio al tercero. Ovación al cuarto. Pitos al quinto. Silencio al sexto. El séptimo, con orígenes en la ganadería Ernesto González Caicedo, silencio.

José Arcila, sangre de toro y oro. Espadazo y dos orejas. Espadazo y oreja.

Moreno Muñoz, marino y oro. Pinchazo y entera, palmas. Cuatro pinchazos y espada entera. Silencio tras tres avisos. Ocho pinchazos y palmas tras dos avisos.

David Martínez, purísima y oro. Silencio en la confirmación, tras tres cuartos delanteros. Espada baja. Palmas.

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