Feria de Cali: Ni en el tiempo extra

Sebastián Castella cortó la única oreja de una tarde en la que se lidiaron nueve toros, pues los toreros regalaron un sobrero cada uno. Luis Miguel y Roca Rey se marcharon de vacío

Nadie se imaginó que Roca Rey saldría sin premio en su única corrida en la feria. El fenómeno peruano, capaz de rendir a todos los públicos por su valor, no encontró fórmulas para hacer embestir a su lote de toros de Juan Bernardo Caicedo. Por eso, cuando fue a cambiar la espada para la que, en teoría, sería la última estocada de la tarde, levantó su dedo índice a la presidencia para pedir un sobrero.

Pero como estaba alternado con dos toreros que no le iban a dejar el camino expedito, Sebastián Castella también salió al tercio para levantar su mano y pedir otro toro. Luis Miguel Castrillón, que nunca fue convidado de piedra, tampoco se quedó atrás y se asomó al tercio para pedir un toro. Cañaveralejo era un clamor. Tres toros de regalo. Pero aún así la tarde no fue precisamente un regalo.   

El encierro de Juan Bernardo Caicedo estuvo lejos del apoteósico de la feria pasada y no pudo reeditar esa página gloriosa. Esta vez los seis toros de lidia ordinaria y los tres que tuvieron que regalar los toreros para buscar las llaves de la puerta grande no brindaron posibilidades. Por eso una de las tardes señaladas de la feria se saldó con un solo trofeo, el que paseó Sebastián Castella en el cuarto.

El torero francés levanto los tendidos en el comienzo de faena cuando se paró con los pies juntos para desafiar al toro como si fuera una estatua. Así, sin moverse un centímetro se lo pasó por delante de su cuerpo dos veces, pero a la tercera improvisó asomando la muleta por detrás de su cuerpo, suerte que volvió a repetir con lo que paró a la gente de sus asientos.

Parecía el prólogo de una faena de emociones pero el toro buscó pronto el refugio de las tablas, Hasta allí fue Castella que se empecinó en sacarle partido al de Juan Bernardo Caicedo y lo consiguió en varias series. El público le agradeció el esfuerzo y la habilidad para imponerse ante las irregulares embestidas. Una oreja con la que se iba arriba en el marcador.

Luis Miguel Castrillón tenía un duro compromiso, alternar con el triunfador de San Isidro (Castella) y el torero de la temporada española, el peruano Roca Rey. Y no estuvo inferior al reto. Por el contrario en sus dos toros sorprendió con alardes valientes y con momentos de buen toreo en redondo. Al primero de su lote lo recibió con dos largas cambiadas y puso al público de su parte. Con la muleta toreó con temples especialmente con la mano derecha, pero la faena no alcanzó suficientes niveles de emoción ante el que, a la postre, sería el toro más destacado del encierro.

Con el quinto, de imponentes hechuras, el torero de Medellín volvió a poner en ebullición a Cañaveralejo. Se puso de rodillas y así toreó con el capote, una serie de verónicas que remató casi en el centro del ruedo con una larga cambiada que levantó los tendidos. Brindó al público y volvió a ponerse de rodillas para torear en redondo. Parecía toro de triunfo por la calidad de sus embestidas pero el toro no tenía fuerza y besó la arena por ese defecto. Los buenos muletazos que intentaba dibujar Castrillón no tuvieron eco en el público que clamaba abreviar. 

Pocas veces se ha visto a Roca Rey salir caminando de Cañaveralejo, pues la puerta del Señor de los Cristales ha sido su camino habitual, cruzándola a hombros. Esta vez no encontró esa salida en las embestidas de sus toros, y antes que marcharse inédito, regaló un séptimo toro. Sus alternantes no se quedaron atrás y también levantaron el dedo para regalar un sobrero. La tarde parecía irse a tiempo extra.

Pero ni en el alargue. Aunque Roca Rey estuvo a punto de triunfar en el primero de los tres sobreros. Comenzó su faena con una fórmula efectiva en Cañaveralejo, los pases cambiados por la espalda que pusieron al público de su favor. Luego interpretó dos soberbias series de naturales, pero cuando parecía que encontraría el triunfo, su espada se estrelló contra el morrillo del toro como si fuera de piedra.

Castella pasó más de un apuro con su toro de regalo, de violentas embestidas y con intenciones de arrancarle el corbatín al torero. Tampoco tuvo opciones Castrillón con su sobrero al que tuvo que ir a buscar a las tablas para sacarle muletazos.  

Ficha

Cali, plaza de toros de Cañaveralejo

27 de diciembre de 2018

Tres cuartos de entrada

Se lidiaron 9 toros de Juan Bernardo Caicedo bien presentados pero de escaso juego.

Sebastián Castella: silencio, una oreja y palmas

Luis Miguel Castrillón: silencio, silencio, silencio

Roca Rey: Silencio, silencio y saludo desde el tercio 

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